Expectativas al crear una web con blog como proyecto nuevo
Cuando queremos lanzar o trasladar un proyecto al mundo digital, muchas veces pensamos: “Necesitamos una web con un blog”, sentimos que es el primer paso visible, Pero detrás de esa idea casi siempre hay algo más profundo: una visión que necesita orden, estrategia y perspectiva para convertirse en realidad.
MARKETING DIGITAL - CLIENTESDISEÑO WEB
Fredie Tone
9/3/20253 min read
Cuando queremos lanzar o trasladar un proyecto al mundo digital, muchas veces pensamos:
“Necesitamos una web con un blog”. Sentimos que es el primer paso visible. Pero detrás de esa idea casi siempre hay algo más profundo: una visión que necesita orden, estrategia y perspectiva para convertirse en realidad.
Pensar en la proyección de tu proyecto a varios años es fundamental
Lo primero que deberíamos preguntarnos no es cómo se verá esa web, sino qué esperamos de nuestro proyecto y, sobre todo, cómo nos lo imaginamos dentro de unos años. Algunas preguntas clave que suelo hacer para conocer mejor a esa persona que tengo enfrente son —y sí, digo “persona” primero y luego “proyecto”—:
¿Dónde te ves con el proyecto en 5 años?
¿Qué papel jugará la web en ese futuro?
¿Qué indicadores te harán sentir que el esfuerzo ha valido la pena?
¿Qué tiempo/horas/inversión económica le vas a dedicar?
Cuando somos capaces de proyectarnos a medio y largo plazo, estamos mostrando algo fundamental: que confiamos en la durabilidad de nuestra idea y que entendemos que cualquier resultado no se construye en semanas, sino en años. Todo el ruido que leas en redes sociales que indique lo contrario es mentira o es casualidad. Detrás del 90 % de todo proyecto hay trabajo y tiempo.
¿Has pensado a quien te diriges? ¿Quién es tu cliente ideal?
Otra pregunta que suelo hacer es si tenemos claro a quién nos dirigimos, quién es nuestro cliente ideal. Muchas veces sabemos lo que queremos contar, pero no tenemos claro quién necesita escucharlo. Y sin esa definición, cualquier proyecto se convierte en un mensaje perdido. Identificar a nuestro público, sus intereses y su manera de consumir información es la base de cualquier estrategia que busque conectar de verdad.
Aquí es donde habitualmente propongo dar un paso atrás antes de lanzarnos a diseñar una web. La web no debería ser lo primero, sino el resultado de un plan de marketing digital 360. Una estrategia que incluya contenidos pensados para nuestro público, optimización SEO para ganar visibilidad, presencia coherente en redes sociales, una imagen de marca adecuada y un calendario de acciones realista con los recursos de los que disponemos. Solo entonces tiene sentido crear la web, porque será la parte visible de un engranaje mucho más amplio.
Las cosas necesitan tiempo y espacio para que sucedan. La pregunta es ¿Lo tienes?
El reto está en las expectativas. Es fácil esperar resultados inmediatos, pero la realidad digital funciona en otros tiempos: en el corto plazo, la web es inversión y aprendizaje; en el medio plazo, empieza a generar visibilidad y comunidad; y en el largo plazo, tras cinco años de trabajo constante, puede convertirse en el motor real del proyecto.
Es habitual sentirse perdidos al empezar. Las decisiones son tantas que pueden abrumar. Por eso es clave trazar un camino claro, convertir la confusión inicial en un mapa de prioridades y dar pasos con dirección.
Cuando apostamos de verdad por un proyecto, debemos darle tiempo y espacio para crecer. No se trata solo de tener una web, ni de estar en redes sociales, ni de trabajar el branding de manera aislada. Lo que realmente funciona es la consistencia y el engranaje de todas las piezas, siempre con una visión completa del proyecto. Esa es la manera de conseguir que un proyecto digital tenga sentido y resultados a medio y largo plazo.
Al final, lo que marca la diferencia no es empezar con todas las respuestas, sino estar dispuestos a hacernos las preguntas correctas y a entender que la coherencia, la paciencia y la visión global son las claves del éxito digital.

