¿Cuánto cuesta realmente una campaña de publicidad en Google o en Meta?
Una de las creencias más comunes entre pequeños negocios y profesionales autónomos es que con “unos 50 o 100 euros” pueden lanzar una campaña en Google o redes sociales y tener buenos resultados. Esta visión simplista es peligrosa y genera frustración porque ignora cómo funcionan los algoritmos, la lógica de las subastas y los costes reales de visibilidad digital.
SEO, SEM, ADS
Fredie Tone
7/2/20253 min read


Una de las creencias más comunes entre pequeños negocios y profesionales autónomos es que con “unos 50 o 100 euros” pueden lanzar una campaña en Google o redes sociales y tener buenos resultados. Esta es una visión demasiado simple que generará frustración ya que ignora cómo funcionan los algoritmos, la lógica de las subastas y los costes reales de los anuncios en redes sociales o la búsqueda de Google.
¿Cuánto puede costar realmente publicitarse y por qué hace falta un mínimo viable para que la inversión tenga sentido?
Los algoritmos lo que necesitan principalmente es volumen, no milagros. Con esto nos referimos a una cantidad suficiente de datos derivados de interacciones reales: clics, impresiones, conversiones, etc. Cuanto más volumen tiene una campaña, más rápido y mejor puede aprender el sistema qué tipo de usuarios tienden a interactuar y convertir. Sin estos datos, el algoritmo no tiene suficiente información para tomar decisiones acertadas.
Es importante entender que, aunque el algoritmo aprende y optimiza, eso no elimina la necesidad de una buena segmentación inicial. Al inicio, somos nosotros quienes le damos la dirección: definimos audiencias, ubicaciones, intereses, palabras clave, entre otros. A partir de esta configuración base, el sistema empieza a identificar patrones y ajustar la entrega del anuncio. Es un trabajo conjunto: tú marcas el rumbo y el algoritmo va afinando el camino.
Google Ads y Meta Ads (Facebook, Instagram) trabajan con modelos de aprendizaje automático. Es decir, no solo muestran tu anuncio, sino que lo optimizan constantemente para que llegue a las personas más propensas y que les pueda interesar lo que anuncias.
Pero para que esto ocurra, el sistema necesita datos suficientes. Y si inviertes 2€ o 3€ al día, el algoritmo no recibe el volumen necesario para aprender. ¿Resultado? Tu anuncio apenas se muestra, se pausa el aprendizaje, y la campaña queda estancada.
La publicidad funciona por subastas
Poca gente lo sabe, pero al lanzar una campaña en Google o en Meta (Instagram y Facebook) no compras un espacio fijo: participas en una subasta automática. Cada vez que un usuario entra en Instagram o hace una búsqueda en Google, el sistema decide qué anuncio mostrar… en función de varios factores:
Tu puja o presupuesto.
La calidad del anuncio y la página de destino.
La competencia en tu sector.
Esto significa que si estás en un nicho con muchos anunciantes (como salud, marketing, formación, coaching o servicios legales), los precios por clic se disparan. En algunos casos, un solo clic puede costar entre 1€ y 4€.
Si tu presupuesto diario es de 5€, podrías estar pagando por 1 o 2 clics al día. Y con ese volumen, no hay posibilidad de obtener datos ni resultados reales.
¿Cuánto deberías invertir para que una campaña tenga sentido?
No hay una cifra mágica, pero sí rangos mínimos que permiten a los algoritmos funcionar correctamente y te permiten a ti tomar decisiones con datos reales:
Presupuesto mínimo recomendado por mi experiencia:
Meta Ads (Facebook/Instagram):
Objetivo tráfico o interacción: mínimo 8€/día.
Objetivo conversión (ventas, leads): mínimo 10-15€/día.
Google Ads:
Red de búsqueda en sectores competidos: entre 15 y 30€/día.
Red de display o remarketing: puede arrancar desde 8-10€/día.
Para “probar” una campaña:
Duración mínima: 20 días.
Presupuesto mínimo total sugerido: a partir de 200€.
Este es el rango que te permitirá recopilar datos, identificar patrones y optimizar progresivamente, no tirar el dinero. No olvides que todo esto es relativo, es una base para saber por donde empezar, pero cada caso es distinto y siempre se trata de ir probando hasta dar con resultados.
Recuerda: no todo el gasto es en clics
Además del presupuesto publicitario, hay otros costes que muchas veces no se consideran:
Diseño del anuncio.
Optimización de la web o landing.
Asesoría o gestión profesional (si decides delegarlo).
Configuración de eventos, píxeles, analítica y objetivos.
Una campaña es rentable cuando está bien armada en su conjunto, no solo cuando “se le mete dinero”.
En resumen
La publicidad digital es una herramienta potente, pero no es magia. No puedes esperar duplicar tu inversión invirtiendo cifras mínimas sin estrategia ni estructura. Es como querer correr una maratón sin entrenamiento, sin zapatillas y sin saber el recorrido.
Lo que sí puedes hacer es invertir con inteligencia. Eso significa conocer los costes, trabajar bien el mensaje y asegurarte de tener un ecosistema que convierta y sobre todo paciencia, no todo se consigue de forma inmediata y a la primera.